Sr. Alcalde – Presidente del Ayuntamiento de Medina de Pomar:
La Asociación Amigos de Medina, fundada hace 33 años para dar a conocer y proteger la calidad histórica y artística de nuestra ciudad, y que durante todo este tiempo ha organizado y dirigido innumerables actividades en favor de la divulgación de la cultura y el arte medineses, dándonos a conocer por todos los rincones de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, las Comunidades limítrofes de La Rioja, País Vasco, Cantabria, y en la medida de lo posible, a todo nuestro país, siendo embajadores con los Concursos Nacionales de Pintura, el Torneo Internacional de Ajedrez, los encuentros de la Familia Velasco, hemos editado libros sobre Medina, su historia y su arte, organizado eventos y exposiciones, siempre con el ánimo de levantar nuestra ciudad apoyando las iniciativas del Ilustre Ayuntamiento, para engrandecer y lograr la fuerza económica, social y cultural de nuestra querida ciudad de Medina,
Queremos reconocer el esfuerzo que está realizando la actual Corporación Municipal para salir del grave estancamiento económico y cultural que ha padecido nuestra ciudad por la COVID 19, y ahora que se ha levantado el estado de alarma, empezamos a vislumbrar el restablecimiento paulatino de todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Y queremos dar una opinión favorable respecto a la finalidad de la edificación que está junto al Santuario del Rosario, y que ha sido comprada al obispado de Burgos con la intención de derruirla. Conocemos la importancia que tiene ese vial que da acceso a varios puntos estratégicos para el funcionamiento de nuestra ciudad. Y conocemos la dificultad, aunque no la imposibilidad, de encontrar un camino alternativo para llegar a esos lugares: la Depuradora, el Punto Limpio, el Club Deportivo Alcázar.
Pero escribimos esta carta para dar nuestra opinión respecto a la demolición de dicha construcción.
Hemos descubierto recientemente la importancia histórica de dicha casita. Es un Beaterio (Beguinaje) de mujeres laicas que tenían un proyecto de vida religiosa en común, apartadas de la vida de un convento reglado. Se sabe que existe desde el siglo XIII en Medina, aunque el edificio es del s. XIV, por la proximidad de varios beaterios próximos en el País Vasco, en Logroño, en Burgos, en Zaragoza, en Córdoba y Sevilla. Estos Beaterios o Beguinajes tuvieron una vida distinta en el mundo católico que en el mundo protestante. A partir del Concilio de Trento, que tuvo lugar entre los años 1545 a 1563, en el que se debatía la pertinencia de la Reforma de la Iglesia Católica por la irrupción de Lutero y las guerras de religión a que dieron lugar, en el mundo católico se decretó la incorporación de los beaterios a los conventos, si existían allí, o su extinción, lo que dio lugar a la fundación de muchísimos conventos que habían sido en su origen, estos beaterios medievales. En el mundo protestante los beaterios han seguido existiendo hasta la actualidad. La última Beguina falleció en Bélgica en el año 2013. Se da el caso de que existen muy pocos Beaterios en el área católica. Los pocos existentes están en Flandes (Países Bajos), hay 25, y han sido declarados Patrimonio de la Humanidad de la Unesco porque es un tipo de edificio laico, civil, de uso religioso. En Bélgica, los Beaterios han ido configurando espacios que constan de varios edificios, casas particulares, a veces con talleres, iglesia o monasterio todo ello construido alrededor de una zona ajardinada.
Todos son medievales. Albergaban a mujeres que querían tener una vida espiritual en común. La vida de las mujeres en la Edad Media era muy difícil. Entre guerras y circunstancias adversas la mayoría de las veces. Aquí se reunían mujeres que habían sido abandonadas, viudas, huérfanas o estaban solas. La peste, las guerras, la brutalidad, provocan circunstancias que en los núcleos urbanos se agravaban. Así surgen los beaterios, a veces bajo el patrocinio de alguna mujer de clase alta, que donaba la casa y regía la vida del grupo. Eran hermandades autónomas de mujeres beatas (con voto de castidad), que podían abandonar la vida religiosa común en cualquier momento. Su situación económica era independiente, ya que cobraban por actividades de oración y liturgia, por cuidado de enfermos y personas desvalidas, por ayudar en los hospitales y en los orfanatos. Su ubicación era extramuros del centro urbano, junto a una iglesia. También es de notar que la dote exigida para pertenecer a un Beaterio era muy inferior a la que se pedía para entrar en un convento (500 ducados) o la dote exigida para el matrimonio, y por esa razón admitía a mujeres de inferior categoría social o de familias que no querían arruinarse por la dote de su hija (en las clases altas).
En Medina en la Baja Edad Media, existían algunos hospitales que requerían personas de cuidados: el Hospital de San Lázaro, para leprosos y viajeros enfermos, fuera de la muralla, el Hospital del Corral y el Hospital de la Cuarta, que se creó en 1374 por Pedro Fernández de Velasco y su mujer María Sarmiento en el compás del monasterio de Santa Clara. El Hospital de la Vera Cruz lo fundaron el Buen Conde de Haro (Pedro Fernández de Velasco II, casado con Beatriz de Manrique) en 1455 como ampliación del Hospital de la Cuarta.
Nos es desconocida de momento la fecha exacta de la creación de este Beaterio, pero debido a la proximidad de otros Beaterios en el País Vasco (Orduña, 1296) (Salinas de Añana), Logroño y siendo que existían dos hospitales, y que su fisonomía arquitectónica nos indica que es de principios del siglo XIV, todo indica a que estaba activo cuando se fundó Santa Clara.
El monasterio de San Francisco se fundó en Medina en 1323, diez años después que el de Santa Clara, pero se sabe de su existencia desde 1276, con la existencia de “frailes menores” predicando la vida austera y en contacto con la naturaleza, para alabar a Dios. Eran frailes mendicantes.
En el año 1313, el fundador de Santa Clara, Sancho Sánchez de Velasco, dicta en testamento que su cuerpo permanezca en custodia en la Iglesia del Salcinar hasta que el Monasterio de Santa Clara sea terminado. Es de suponer que lo custodiaban las Beatas, pues los franciscanos eran una orden de predicación y limosna.
En el año 1517, en la escritura de fundación del Monasterio de Clarisas de Briviesca, doña Mencía de Mendoza, esposa de Pedro Fernández de Velasco III (1º Condestable de Castilla) manda a las Beatas de Nuestra Señora del Salcinar de Medina veinte varas de paño, del paño que visten los frailes de San Francisco y cinco mil maravedíes en dinero y encomiéndoles que digan por mi anima nueve “Salve Regina” cada día delante de la imagen de Nuestra Señora del Salcinar.
Después de las órdenes del Concilio de Trento, los Beaterios se fueron incorporando a los conventos, y los conventos femeninos fueron obligados a la clausura. Es por esto que, en 1753, durante la encuesta socio-económica organizada por el Consejo de Hacienda, el Catastro del Marqués de la Ensenada, consta junto a la iglesia de Nuestra Señora del Salcinar y Rosario, la existencia de un beato, que indica cómo es la casa del Beaterio y sus posesiones, y las cargas del beaterio, así como el trabajo de sacristán y lo que se le paga. Junto a la casa del Beaterio, menciona la existencia de una pequeña casa y un terreno extenso alrededor.
Como bien se ve, la existencia del Beaterio como tal está documentada al menos hasta el siglo XVIII. Su uso y su estructura se han ido deteriorando, su altura era superior a la actual, la escalera interior fue rescatada, y ha ido perdiendo en categoría social a medida que se deterioraba el edificio.
Debido a estos motivos expuestos, consideramos que:
Por su interés artístico, pensamos que es insuficiente la retirada de los elementos arquitectónicos del siglo XIV, que dejan sin sentido histórico descontextualizado a esos elementos. Por su peculiaridad de edificio laico y religioso a la vez, tiene todavía más valor y que sería preferible conservar todo el edificio y su jardín.
Por su interés histórico, y la historia de las beatas que allí vivieron, merece la pena que conservemos el edificio.
Por su interés social, como centro espiritual de mujeres independientes respecto a los estamentos: nobiliario, religioso, artesanal o campesinado, que se responsabilizaban de sus propias vidas en el aspecto económico y que se dedicaban a actividades remuneradas, llevando vidas ejemplares, merece la pena que conservemos su recuerdo.
En su calidad de ser edificio único, de los que existen escasos ejemplares, merece la pena que lo conservemos.
Por todo ello, exponemos que nos parece mejor conservar el edificio que tirarlo, pudiéndose rematar y reforzar sus ruinas originales a la vez que se diese a conocer mediante una recreación dibujada del mismo y dirigida por un experto.
Medina de Pomar, a 1 de julio de 2020
Asociación Amigos de Medina
DOCUMENTACIÓN CONSULTADA:
El monasterio de San Francisco se fundó en Medina en 1323, diez años después que el de Santa Clara, pero se sabe de su existencia desde 1276. (1)
En Orduña se tiene constancia de un Beaterio en 1296. (2)
En el año 1313, el fundador de Santa Clara, Sancho Sánchez de Velasco, dicta en testamento que su cuerpo permanezca en custodia en la Iglesia del Salcinar hasta que el Monasterio de Santa Clara sea terminado. Es de suponer que lo custodiaban las Beatas, pues los “frailes menores” o franciscanos eran una orden de predicación y limosna. (3) (4)
En el año 1570, en la escritura de fundación del Monasterio de Clarisas de Briviesca, doña Mencía de Mendoza, esposa de Pedro Fernández de Velasco (II) manda a las Beatas de Nuestra Señora del Salcinar de Medina veinte varas de paño, del paño que visten los frailes de San Francisco y cinco mil maravedíes en dinero y encomiéndoles que digan por mi anima nueve “Salve Regina” cada día delante de la imagen de Nuestra Señora del Salcinar. (5)
Catastro del Marqués de la Ensenada correspondiente a Medina de Pomar, 1753. Esta es la relación que hace el Beato del Salcinar, que ejerce de sacristán de la iglesia:
“Nuestra Señora del Rosario y Salcinal de Medina de Pomar.
Memorial que yo Carlos de Villarán doy de los bienes que gozo como Beato que soy en la dicha Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de esta Villa, en virtud de la orden de su Majestad que Dios guarde, y son los siguientes…
Primeramente: una casa frente a la Iglesia de Nuestra Señora en la que vivo, la que tiene de fondo veinte y dos pies, de ancho diez y ocho, y de alto veinte y ocho, que surca al Cierzo camino y puerta de dicha Iglesia, Solano casa de la Novena, y Abrego tierra que gozo por dicho oficio, y lo mismo por Regañón.
Posesiones al solano: una tierra al Barbadillo (rio Molinar o río Chiquito) de cuatro celemines de sembradura…, otra al campo del Palomar de una fanega de sembradura… Posesiones al Abrego: una tierra junto a la casa que vivo, de cinco celemines de sembradura, centenera, de segunda clase, que surca cierzo dicha casa, solano camino que baja de San Lázaro y campo concejil, ábrego dicho campo, regañón tierra del cabildo de esta villa. Que son las posesiones que como tal beato gozo y poseo como propias de dicha Iglesia, por las que no pago renta alguna, y con las cargas siguientes:
Tengo por obligación de torta y luz todos los días festivos, que valuada esta carga al año importa cuarenta reales vellón. Y también de componer la ropa y limpiarla en el transcurso del año que son cuarenta y cuatro reales.Que es todo lo que dicha iglesia me da por dichas cargas, y cumpliendo con dicha orden de su Majestad que Dios guarde, doy esta relación escrita en dos fojas de una letra y firmada la última de la que acostumbro y las demás rubricadas. Medina de Pomar y febrero veinte de mil setecientos cincuenta y tres.
Declaración de posesiones de Carlos de Villarán.
Yo Carlos de Villarán vecino de esta Villa de Medina de Pomar, casado de edad de treinta y cuatro años de estado noble junto con sus hermanos según pleito en la real Chancillería de Valladolid. En virtud de la orden de su Majestad que dios guarde, declaro tener en mi compañía una hija de veinte años poco más o menos, y para la manutención de mi mujer e hija, ejerzo de Sacristán en la Parroquia de Nuestra señora del Rosario de esta Villa de Medina de Pomar, que vale anualmente lo siguiente:
Primeramente se me da en cada un año por dicho oficio de soldada cuarenta y cuatro reales vellón, y un par de zapatos, valuados en diez reales vellón. Tengo tres pollinas, la una me sirve para recoger los diezmos que llevo expresados, y las otras por ser de corto tiempo al presente en nada las empleo…
Nuestra Señora del Rosario y Salcinar en esta Villa de Medina de Pomar, tiene en sus términos lo siguiente: una casa junto a la Iglesia de Nuestra Señora, su alto veinte y ocho pies, fondo veinte y dos, y diez y ocho de ancho, confronta por cierzo camino y puerta de dicha Iglesia, solano casa que llaman de la Novena, Abrego y regañón tierra anexa, arrendada valdría cuarenta y cuatro reales vellón. Tiene dicho santuario una colmena, su útil cinco reales.”
NOTAS:
(1).- Fortún Pérez, 1272. (Documentos de Oña, nº 601). Referencia: CADIÑANOS BARDECI, I. “Frías y Medina de Pomar: historia y arte”. Burgos, Institución Fernán González, 1978. P.145.
La fecha de fundación aparece en el Cronicón de Fray Francisco Gonzaga.
(2).-INTXAUSTEGUI, Nerea:”Beatas, beaterios y conventos”. Univ. Deusto.
(3).- Biblioteca Nacional, Manuscrito 638. Referencia: CADIÑANOS BARDECI, I. “Frías y Medina de Pomar: historia y arte”. Burgos, Institución Fernán González, 1978. P.138., Sus sucesores tenían encargadas “veynte misas de la Natividad de nuestra señora en Sancta María del Salcinar cabe Medina de Pumar”.
(4).-ALONSO DE PORRES, César: El Buen Conde de Haro: D. Pedro Fernández de Velasco II”. Asociación Amigos de Medina, 2009.
Las parroquias unidas de Medina de Pomar. Modelo Pastoral conjunto. Separata del Diario Burgense 56/1- 2015. Facultad de Teología del Norte de España. Sede de Burgos.
(5).- Archivo Histórico Nacional. Sección Nobleza. Fondo Duques de Frías.
Bibliografía:
GRAÑA CID, M. Mar:” Beatas y comunidad cívica” En: Anuario de Estudios Medievales, 2012
SOLÓRZANO TELECHEA, J. y otros: “Ser mujer en la ciudad medieval europea”. En Ciencias Históricas 25 (La Rioja), 2013.
ATIENZA, Ángela: “De beaterios a conventos”, en Historia Social 57, (2007)